Hace unos días, tuvimos la oportunidad de compartir con la experta en temas de educación Tomasita Romero, de Editorial Santillana, quien disertó el tema que encabeza éste artículo, desde su experiencia profesional y también como madre de familia, a continuación encontrará una síntesis de la exposición que realizó.
Los padres de familia debemos ocuparnos en tener un equilibrio emocional adecuado en el hogar, así como de practicar la resiliencia familiar, es decir, resistir y crecer desde la crisis, desde los problemas personales; evaluándonos, buscando opciones y generando estrategias de abordaje. Debemos evitar ocultar la realidad o intentar resolver por nuestros hijos para que ellos no se preocupen. Nuestra labor es apoyarlos creando en casa el espacio educativo adecuado para el aprendizaje, estar atentos a sus necesidades físicas y emocionales, proponer rutinas y horarios que incluyan tiempo de trabajo académico, pero también de colaboración en casa, contemplando también los espacios de descanso y de recreación. Debemos estar claros que nuestra vida ya no es de la forma acelerada que antes era, por lo tanto es necesario planificar, para que nuestro tiempo en familia sea agradable. Pueden leer aquí en el blog el artículo anterior ¿el ocio también se planifica?
Nosotros, los adultos debemos ser los primeros en practicar la conciencia emocional, se trata de entender nuestras propias emociones y las emociones de los demás, incluyendo la habilidad para interpretar el clima emocional de nuestro hogar, es determinante, la manera en que nos visualizamos ante las dificultades actuales, para lograr entender cómo se sienten nuestros hijos ahora con la enseñanza remota de emergencia y con el cambio temporal en los procesos de aprendizaje.
El papel del padre de familia no es el de aprenderse el contenido que sus hijos deben estudiar, su función es de acompañarlos, animarlos en el proceso y motivarlos para darlo mejor de sí, dotándolos de confianza para alcanzar los objetivos, pero sin buscar el perfeccionismo o presionar de forma innecesaria. Para eso es importante entender que los docentes han reflexionado y seleccionaron minuciosamente los núcleos básicos del aprendizaje, estos son un conjunto de saberes relevantes y significativos, que incorporados a las competencias contribuyen a desarrollar las habilidades cognitivas, emocionales y sociales, incorporando lo necesario que debe aprender para el próximo ciclo escolar.
¿Qué acciones debo seguir para apoyar a mi hijo de forma adecuada?
Debemos preparar a nuestros hijos para los riesgos que tienen que enfrentar en la actualidad. Desarrollemos hábitos de salud e higiene poniendo en práctica los protocolos que ya se han establecido
Revisen con sus hijos el contenido de estudio, y procuren generar los espacios en casa para que apliquen lo aprendido.
Deben proporcionar el espacio físico adecuado, bien iluminado, ventilado, con mobiliario y equipo adecuado para que se de un mejor aprendizaje.
Preparar y revisar previamente el ambiente de estudio, los materiales que necesita, verificar la postura corporal, tener agua pura suficiente. Pueden compartir un tiempo de estudio con sus hijos, por ejemplo ver juntos un video, pero lo principal será motivarlos a alcanzar autonomía en las actividades educativas que debe realizar. (No necesitan los padres estar presentes en todo el tiempo de estudio).
Indagar sobre que está aprendiendo, en contenidos pero también en valores, habilidades, destrezas, lo necesario para la vida y su formación posterior (núcleos básicos del aprendizaje)
Deben ser flexibles, califiquen el intento y no la exactitud. No causen un estado de ansiedad innecesario.
Procuren la comunicación asertiva, empática, pónganse en el lugar de sus hijos cuando aborden un tema.
Sean creativos, la motivación también está ligada a la creatividad, utilicen recursos lúdicos, videos divertidos, actividades prácticas.
No midan lo que aprenden sus hijos en función de lo que ustedes saben. La educación no pretende que memoricen todo, si no que aprendan a pensar.
Intercambien pensamientos con las autoridades educativas, esten atentos sobre modificación de horario, clases virtuales, correcciones en las tareas, etc.
Confien en los maestros, quienes también se enfrentan al reto de la enseñanza remota y véanlos como sus aliados.
Debemos prepararnos para no ser resistentes al cambio y adaptarnos a la nueva normalidad. Veamos la crisis como oportunidad, en lugar de un peligro, eso nos brindará paz interior.